viernes, 4 de mayo de 2012

Ahora despierta el sentido que inerte yacía, se inmuta gracias al estruendoso eco de la rebelión esa que pide al sentimiento deshacerse de doctrinas, rutinas infames que esclavizan la razón. No son cinco las puertas que me abren al mundo, ni necesaria es la paz que adormece la conciencia, el tunel del tiempo no acalla un espiritu, de eterna agonia de insaciable crudeza; Renacer o revivir, mejor volver a decir, volver a sentir, acoger el espiral o escapar de él, para decifrar lo que viene y esperar sin vivir.